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Después de haber escrito sobre los buques de la Armada Española M-31 Segura y F-101 Álvaro de Bazán por su visita a Málaga con motivo de la celebración de las
jornadas de las Fuerzas Armadas, me quedaba escribir sobre el último componente
del trio militar que pudimos contemplar el último fin de semana de Mayo.
Se trata del portaaviones R-11 Príncipe de Asturias, al que he querido dejar el
último al tratarse del buque insignia de nuestra armada y debido a la expectación que
despertó su presencia entre la población malagueña.
Llegó el viernes 27 acompañado de la fragata F-101 Álvaro de Bazán y alrededor
de las 11:00 horas comenzó a ensayar su papel en el simulacro de desembarco y
posterior rescate de rehenes que se llevaría a cabo al día siguiente.
Navegando acompañado por un SH-3D/H Sea King
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Sobrevolado por dos Augusta-Bell 212 de transporte y rescate.
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El sábado 28, terminado el simulacro, esperó a los remolcadores en el antepuerto para
ayudarlo a atracar, siendo el último de los tres buques militares en entrar a puerto. Antes
de entrar, tuvo que izar a bordo a las neumáticas que habían participado en el desem-
barco y que terminado éste entraron unos minutos a puerto.
Imagen de las neumáticas navegando hacia el exterior del puerto.
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Detalle de una de ellas con los infantes de marina a bordo.
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Dirigiéndose hacia el R-11 Príncipe de Asturias.
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Una vez izadas las neumáticas a bordo, los remolcadores salieron para ayudarlo a entrar
a puerto y posteriormente atracarlo en el muelle de levante. Para esta maniobra se situó
uno en la proa y otro en la popa del portaaviones.
Los dos remolcadores se dirigen hacia el portaaviones.
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Situados a proa y popa del buque de la armada entrando a puerto.
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Imagen del R-11 Príncipe de Asturias por la amura de babor.
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Durante su entrada a puerto el personal de a bordo permanecía formado unos,
preparándose para el atraque otros y organizando la cubierta después de la
demostración aeronaval el resto.
Personal en la proa formado al final de la rampa de despegue.
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Imagen más detallada de los tripulantes formados en proa.
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Pendientes durante la entrada a puerto. En cubierta un Hughes 500M.
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El R-11 Príncipe de Asturias, inicialmente se iba a llamar Almirante Carrero Blanco, es
un portaaviones para aviones STOVL ( despegue corto y aterrizaje vertical ). El R-11 es
el actual buque insignia de la Flota, y junto a sus fragatas de escolta, forman el Grupo de
Proyección de la Flota. Es el tercer portaaeronaves en la historia de la Armada, tras los
dos Dédalo, el portaaviones ex USS Cabot (CVL-28) y el portahidroaviones del mismo
nombre que tan activamente participó en el Desembarco de Alhucemas de 1925.
Ayudado por los remolcadores a atracar en el muelle de levante.
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El remolcador empujando la popa del portaaviones.
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Fue construido en Ferrol por la Empresa Nacional Bazán (ahora Navantia) partiendo de
un diseño inicial realizado en Estados Unidos, llamado Sea Control Ship (SCS) y
últimado en 1977. La orden de ejecución se dio a los astilleros de Bazán Ferrol el 29 de
Junio de 1977, y la colocación en grada del primer bloque se produjo el 8 de Octubre de
1979. Botado el 22 de Mayo de 1982 no entro en servicio activo hasta el 30 de Mayo de
1988 y regresó a los astilleros navales para reacondicionarse rápidamente en 1990.
En cuanto al grupo aéreo embarcado, puede albergar hasta 29 aeronaves, doce AV-8
Harrier y AV-8B Harrier II Plus, así como doce helicópteros, una combinación de
modelos Sikorsky y Augusta, seis Sikorsky Sea King SH-3H, cuatro Augusta AB-212
y dos Sikorsky SH-3 AEW.
Uno de los AV-8 Harrier II Plus sobre la cubierta de vuelo.
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Un Sikorsky SH-3 Sea King rodeado de operarios de pista.
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Imagen de un Augusta Bell AB-212 de transporte y rescate.
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Como parte de su historial, en Marzo de 2011 mientras participaba en las maniobras
de la OTAN Noble Mariner junto a buques de 20 países, el Príncipe de Asturias fue
ofrecido para el despliegue ante las costas de Libia tras la resolución de la ONU que
autorizaba una zona de exclusión aérea en ese país. Finalmente, como medios navales,
se optó por una fragata de la clase Álvaro de Bazán y un submarino clase Galerna.
Imagen de la banda de babor mostrando su eslora máxima.
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El Príncipe de Asturias visto desde la Álvaro de Bazán.
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Terminada la operación de atraque sin ningún contratiempo, el Príncipe de Asturias
quedó perfectamente amarrado y a la espera de recibir a la gran cantidad de personas
que durante todo el fin de semana se acercarían al puerto para visitarlo.
Para finalizar quiero aprovechar este artículo para recomendar un libro. Se trata de la
última publicación de Arturo Pérez-Reverte titulada » Los barcos se pierden en tierra «,
de la Editorial Alfaguara, en la que se recogen textos y artículos sobre barcos, mares y
marinos publicados entre 1994 y 2011.